La divina pasión que me arrebata
Al cantar la belleza de la vida;
De los libros del alma fue extraída,
Impetuosa, y con rimas escarlata.
Voy remando apacible mi fragata
Intentando encontrar estrofa erguida;
Navegando con alma decidida
Al sentir del amor su serenata.
Por los poros del verbo van surgiendo,
Ondulantes, y llenas de colores,
Esas frases que van distribuyendo
Sus hermosos y dulces resplandores,
Inundando de luz, que va naciendo
Al compás de mis versos soñadores.
Autor: Aníbal Rodríguez.