Días de otoños descuidados
se aturden de alma olvidadiza,
de nieve y pálidos pudores...
desnudos en el labio de su ira,
de hielos...
de tácitos temblores
heridos en el agua sin medida,
se anudan de dardo
enamorado...
sellado en la cuerda
de su lira.
P.D: Al poeta chileno,
Carlos Armijo...
en señal de amistad.