José Luis Barrientos León

Canto para Aida

 

 

Estoy buscando en la poesía, una razón al sortilegio

La etiología que convierta dos seres en linfas, dos afectos en océanos

Melodías, misterios, para germinar la simiente

Dos corazones nuevos, inmersos en un mar de delirios

 

Estoy buscando una palabra, una súplica al encuentro.

Dos seres que en la entrega entrelazan sus raíces

Un abrazo, un deseo, una boca sin olvido

Un corazón que no muera, para crear la melodía,

 

Tengo mi alma a la espera de verte entre umbrales

Dos seres que, en la noche, transmuten del cuerpo a los astros

Quien fuera versificador, para hacerte emerger sin dudas de amor

Entre tinieblas de desvarío, enlazando lo oscuro al relámpago

 

Estoy buscando en la poesía, pintar en tu rostro la luna y estrellas

Dos seres que, en un abrazo, transiten del río al ocaso

Imaginar que duermo en tu pecho, en el descanso de tu anatomía

 Imaginar que, en tardes dóciles, me conviertes en fuego y roció

 

Entre versos y trovas, imaginar que no sabes de ausencias

Que tu recuerdo me salva y evapora

Quien pudiese ser encantador, para llevarte entre hechizos, de la melancolía al deseo

Quien pudiese ser Hacedor, y con las manos abiertas brotar en ti el amor

 

Dos cuerpos entre astros, dos sueños, dos destellos

Dos almas que, en su encanto, colman el cielo vacío

Dos seres que, en su esencia, mudan de la piedra al fluido

Dos verbos, Dos palabras, y viajó de la poesía a tu canto