Corazón de dotes torpes
carmesí de espuelas grises.
El veneno de cuatro ruedas y el néctar del sonambulismo
giros de tierra del páramo triste
Los recuerdos como sierras; la mirada pálida a mitad de la vereda.
Alchólico enfermizo.
Cuando la luna nos entristece
sana con su canto al bohemio de pobres versos
(y te quedas suspirando)
¿Dónde van los pasos recuperados en razón?
¿Donde las lágrimas austeras que guardan navajas del corazón?
¿Dónde cantan las ilusiones?
¿Donde el viento que las lágrimas disipó?
Solitario, donde el adolescente artista
adolecido porque delira,
guarda espasmos; toca la lira
esa que Euterpe abanicada de tristeza
prestó a los mortales para cantar la belleza.