No he venido ésta noche a hablarles de la hermana luna y del insomnio que me provoca, justo cuando está llena.
Ni a hablarles de arte, ya que, entregado a esos menesteres me da por dormir de aburrimiento.
Tampoco vine a hablarles de religión, pues tan escéptico soy, que me ha dado por bendecirme con tequila y tarros de cerveza.
No voy a hablarles de política, pues cada gobierno es peor que el anterior.
¿Pero saben algo?
Tengo la esperanza que más tarde que temprano, todos seremos parte de ese círculo inmenso al que el maestro Borges llamaba:
\"El eterno retorno\".
Así desnudos cantaremos la música de las estrellas, caminando por el borde de la vía láctea y entrelazados hasta la locura, nos convertiremos en polvo estelar.
Eternas Lunas.