Cerremos los ojos,
conectemos la mente con el Universo,
fuerza viva que en nosotros habita,
en meditación y en espiritualidad.
Combustible cerebral
para la concentración y la positividad;
conexión pura e indivisible con el Ser,
purificación que pacifica el alma
y enriquece nuestra humanidad.
Elevación cósmica
que nos hace crecer,
sentirnos en paz,
tiempo de meditar,
tiempo de sanar.
Liberación y absorción de energías,
va fluyendo la vida en armonía,
materia trascendente
que nos conecta con lo infinito,
con la eternidad.
Aly Davis Pérez
28 de septiembre, 2014