kavanarudén

Susurros al viento

 

Contemplo el mar inmenso de mi existencia.

Sentado en la playa desierta de mis recuerdos, observo.

Las olas cantan su canto milenario mientras mi mirada se pierde la horizonte.

La vida, esa gran aventura plena de sorpresas, muchas inesperadas, pero sorpresas al fin.

Sabemos cuándo y dónde nacemos, pero lo demás se va desarrollando paso a paso. 

Las experiencias nos van forjando, diría yo temperando como el hierro en el fuego. Algunas buenas y agradables, otras no tanto.

Cerrarnos y centrarnos en nuestra llamada “zona de confort”, nos impide aprender. Dejarnos sorprender por lo que se nos ofrece, de las diferentes oportunidades. Nos sorprenderíamos de los recursos que tenemos.

Nunca me he cerrado a nuevas oportunidades y experiencias varias. Mi pasión es la educación y la escritura, pero puedo acoger la gran enseñanza que pueden tener otros trabajos igualmente dignos.

Los esfuerzos y cansancios me ayudan a educar mi orgullo y afinar mi voluntad. 

Quiero dejarme sorprender por la vida misma, estar abierto a lo novedoso, lo que me quiera donar este camino existencial donde nos vamos encontrando con tantas personas, quienes están a nuestro lado largo tiempo quien no. Todos nos dan la oportunidad de conocernos, sobre todo aquellos que nos hacen daño y con su maldad han tocado la fibra más íntima de nuestra vida. El misterio de la relación humana. Nadie está exento a caer.

Doy gracias hoy sobre todo por las amistades que he forjado a lo largo de este caminar, sobre todo en “poemas del alma”. Personas que han demostrado ese cariño hacia mi persona. No importando la distancia y el que quizás no nos conozcamos en persona. 

Sigamos adelante en todo momento dando lo mejor de nosotros mismos.

Un sincero y caluroso abrazo amigas, amigos, lectores del alma.