Nadie sabe lo que hacíamos
con tus manos y los ojos cerrados
en fusión exacta
entre los labios y el corazón
y mis brazos como serpientes
sobre tus muslos
y el arco de tu cuerpo
hasta el fin del mundo
Miro el cielo desde el lugar
que vivimos
con la mirada que no has visto
con la angustia que no he sentido,
con un hierro
en el estómago que ha crecido;
Llega el crepúsculo,
pero tú no llegas