No es la primera vez
Las lágrimas que como gotas de anhelo Se deslizan por mis mejias
Es por el amor inmenso de Dios y mi divino maestro
Es por el contento y dicha de paz interna
Y mi corazón se sumerge como un pes en el océano.
Porque en el no veo ningún punto de dolor
En ese trance parece que no tuviera corazón
Mi alma se embebe en ese inmenso amor
Que hasta mi mente cae rendida en su adoración.
Esto que siento es muy divino reconfortable sin igual
Es una inmensa fragancia que con nada la puedo comparar
Me sumerjo en este deleite de divino amor celestial
Que hasta escribiendo siguen las gotas de mis ojos callendo.
Gotas de roció que alimentan mi mente y mi alma
Se hace un pequeño mar donde voy sumergiendo me y nado
Solo con las olas de mis lágrimas pasare el acantilado
Y ahí me encontrare con mi maestro mi amado mi Señor.
Que mas puedo hablar de esa felicidad que me embriaga por doquier
Solo tengo que seguir sus hermosos mandamientos
que sus palabras suenan en mis oídos como melodía eterna
me dijo, hija, hija, medita, medita mucho que yo estoy esperándote
en el portal de suprema bienaventuranza, donde:
se camina sin pies
se toca sin mano
se escucha sin oído
se habla sin lengua.
porque en ese sitio no nos hará falta el material
ahí estaremos en el puro océano de amor perdurable sin igual.
Con mi mas sentido amor Linda
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