En los foros más ilustres
se debate si ellos deben de vivir.
Esos seres inocentes
que perturban la conciencia
y que no pidieron nunca
que los traigan a la mesa.
Esos entes indefensos
sin vocero ni tribuna.
Ya decretan su exterminio:
Ellos deben morir!!
En un tiempo muy lejano,
se recuerda un episodio similar.
Decretó el poder maligno
en las manos de un Herodes,
que el infante que en la villa
de Belén había nacido,
entre pajas y balidos
aun sin cuna y sin abrigo.
Fue la orden del infame:
Ese debe morir!!
Por los niños no nacidos
y los niños que la luz pudieron ver.
Por el hombre que dijera
que tan sólo como un niño
lograremos ver la gloria
y vivir en Su presencia.
Proclamemos con firmeza
que el nacer es un derecho,
que ese niño que se forma
en la santidad del vientre:
Ese debe vivir!!
Soli Deo Glori
R. Gruger / 20-1-89