Es la hora del beso,
de las sombras
y del abrazo humedo.
Nube pasajera
en mis cielos
al crepúsculo.
Te vistes de rojo
y de deseos.
Rojo y silencioso
hasta envolverte de noche.
Cazador de suspiros
y murmullos.
Te sigue la luna
en tus pasos inciertos
y mis ojos te llevas
ciegos y ebrios
de tu candor desnudo.
Es la hora del beso,
mi corazón se quiebra,
y estoy sola y sin rumbo.