Amo la palabra,
que te nace perfumada,
mujer sosegada,
que me seduce y me arrebata...
Eres perfecta,
erguida entre Dios y la vida,
tan femenina,
humilde estrella, la divina.
A cada letra tuya,
le acuna la gran mano suprema,
y bien que te cuida,
porque te ve alba, buena y casta...
Por doquiera famosa,
tu verso de amor, es belleza del alma,
resonándo maternal,
nos ofreces consuelo y esperanza...
Avemaría.
Cual mensajera que nos avisa.
Claridad que a los creyentes nos circunda.
Y en la vida social la compañera...