Queda dormida
y cierra bien los ojos,
descansarás.
Así consigues
lograr el equilibrio
de cuerpo y mente.
Solo te pido
me dejes ver tus sueños
y compartirlos.
Quizás podamos
juntar nuestros deseos
y atarlos fuerte.
Que no se escapen
y busquen en los versos
la luz eterna.
Luz de los ojos
del cielo y las pupilas
tan deseadas.
Será una noche
plagada de silencios
y de sonrisas.
Porque mis labios
susurrarán tu nombre
mientras te beso.
Y ese suspiro,
que escape de tu pecho
vendrá hasta mí.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/19