Te quiero, te quiero mucho,
te quiero para después,
porque si ahora te quiero,
no tengo con qué querer.
Te quiero, mucho te quiero,
aunque no lo quieras ver.
Te quiero tanto que a veces
ya no te puedo querer.
Entonces piensas que todo
es mentira de una vez,
que tengo amores ocultos,
que no me dejan querer.
¡Eso es falso! ¡Es imposible!
¿A quien puedo yo querer?
Si siempre estoy a tu lado
aunque no pueda querer.
Veinticuatro horas del día
me tienes en tu poder.
Me llevas cadena al cuello,
y no me puedo mover:
Por la mañana; en la tarde;
y en la noche, tal vez...
¡Ah...! Y en la madrugada a veces,
si es que algo puedo hacer...
Y así, día tras día, noche tras noche,
sin dejarme descansar,
aunque yo cierre los ojos
desnuda vuelves a estar.
No existen días festivos,
ni vacaciones,
ni Ramadan,
ni manera de escapar...
Y cuando el libro se acaba,
y ya se acerca el final,
para asombro de los dioses,
¡lo volvemos a empezar!
Frank calle (22/ nov/ 2019)