Señora Limeña. Poema II
--Arte Menor--
Entre el puente y la alameda
vas derramando mistura
y ceñida a tu cintura
aflora esa piel de seda.
Espero que no suceda,
que esta vez no te me escapes
que acaben los zipizapes
y me entregues más que un beso.
Soy un hombre muy poseso
de mí quiero que te empapes.
Como paso ya en Trujillo
con los dos en la bañera,
deseo, magia o quimera
esa noche fui un brujillo,
a tu cuerpo saque brillo
y la luna tuvo celos.
Emprendimos altos vuelos
sin dejar nunca la cama,
tú, señora esclava y ama
desatastes mil riachuelos.
Luego vendría esa Lima
la que quiero la que odio,
donde aún me sabe a bodrio
ese tráfico ese clima.
Pero si estás tú en la cima
que más da no estar a gusto,
que rápido se fue el susto
de andar por la oscura Breña.
En el sexo eres mi dueña
y comerte es un regusto.
Que bien amor lo pasábamos
en aquel pequeño cuarto
donde yo nunca descarto
que para Manuel aullábamos.
No niego que nos amábamos
quizás un poco a escondidas
y nuestras vidas perdidas
hallaron al fin pareja.
Quién diría que esa queja
sanaría mis heridas.
Y la historia sigue y suma,
no será en Santa Marina
que a esta historia clandestina
se le despeje la bruma.
Aunque de esto yo presuma
sé que soy tu único dueño.
Puede parecer un sueño
pero eres mi Cenicienta,
la que crea la que inventa
que mi hogar esté en tu leño.
Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
02 - 12 - 2019