EL MIRAR DE LA NOBLEZA
La nobleza se refleja
en los ojos que se prestan
a acoger a quienes miran
lo más profundo que albergan.
Sinceros en lo cercano,
auténticamente nítidos
en el brillo más humano,
en la emoción verdadera.
El tiempo doblo la esquina
de la invisible barrera
y miró en el lado oscuro,
la intransigente materia.
Desplegó sus negras alas
para volar hacia ella
y nadando en sus fluidos,
se apropió de sus esencias.
Grita sin pausa el planeta
perdiendo su fortaleza
y el tiempo le va diezmando,
por la ausencia de nobleza.
La mar mordió las orillas
para cobrarse las deudas
y la tierra se quebró,
agrietada por la pena.
Miró a los ojos al mundo
con el brillo que le queda
y se velaron los ojos,
de las criaturas sinceras.
Gritó el halcón en la altura
oteando las miserias
y su imponente presencia,
reveló la diferencia.
El tiempo marcó el final
de la socavada ausencia,
de la abatida conciencia.
Se vislumbraron sus límites
en su infinita presencia
y en el rostro más siniestro
de su cara verdadera,
se dibujaron las muescas.
De espaldas miró el humano
la frágil inconsistencia
y reflejada en sus ojos,
la más triste intransigencia.
Pintando de oro las ruinas
el brillo bordó su ausencia
y ajeno a la sinrazón,
se apretaron las cadenas.
Párate a pensar hermano
y no mires de soslayo,
la amenaza que te acecha.
A.L.
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02/12/2019