Ante la desesperanza me rindo ante los besos de mi hijo,inocencia en estado primigenio.
Ante la hostilidad del tiempo y su constante oxígeno quemante,interpongo la experiencia,los recuerdos, que la mano asesina del señor de los relojes no puede cubrir de oscuridad.
Ante la sonrisa fingida de los falsos protocolos y las alfombras de colores, prefiero el lodazal que se forma cuando llueve en primavera en el barrio de Vázquez,los vendedores de cebollas,el grito descalzo de los niños sin zapatos.
Ante la incitación a vivir una vida prestada,la excitación de vivir la mía sin filtros ni maquillajes.
Ante el ocio,la lectura
Ante la pereza,el emprendimiento
Ante lo absoluto,la duda
Ante la ignorancia,el hambre del conocimiento.
Ante el rumbo prefijado...
...la deriva,la aventura,el asombro ante el nacimiento,ante la muerte,ante los cánticos nupciales de los lobos.
Ante la majestuosidad de un roble insípido,la sombra poética de un tomatero.
Ante los fondos de pantalla hechos con desgano,las cuevas de Altamira o Ichic Tiog.
Ante la oscuridad, Jesús.
Ante la mediocridad,Ingenieros.
Ante el auto nuevo,el autobús
Ante la llama apagada, cien fuegos.
Ante el veneno,poesía.
Para la poesía, la desnudez de mis cueros.