Porque hoy amaneció lloviendo
el recuerdo de nuestra entrega
removió mis sábanas y te vi
y saboreé cada poro de tus pechos.
Mis manos estaban inquietas
y por todo tu cuerpo se deslizaban,
tus brazos rodeaban mi cuello
tu cabeza hacia atrás
con gemidos que te delataban.
Penetraban en ti mis palabras
y fuertes y ardientes...
te desnudaban y ya no fuiste tú
y ya no fui yo,
fuimos dos locos apasionados
que entre las sábanas se quemaban.
Ese brillo en tus ojos
esa sonrisa maliciosa
fue la clara prueba:
\"Vos también lo disfrutabas\"
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
30 de noviembre 2019