Meena Kandasamy
Para la policía de la moral.
Esta mujer, ella es la puta. Y esa chica de ahí, ella es la insaciable. Y yo soy la perra con tatuajes sobre la impúdica cadera.
Esta oscura dama ha bramado en su discurso, esta otra golpea oro como una bruja de medio tiempo, y yo soy una arpía con veranos en mi nombre.
Con las lenguas desatadas, tragamos soles.
Firmes como putas, desvestimos hombres al azar.
Sin sueño, hay polvo de estrellas en nuestros párpados.
Y sí, queridos míos, todas somos amigas.
No habrá sangre en nuestra cama matrimonial.
No somos aquellas a las que eliges para ser tu esposa.
No somos aquellas a las que puedes dar una sentencia de por vida.
(Traducción de Andrea Rivas)