¡Qué maravilloso es escuchar música!
Es un gran deleite para el alma.
Ella me acompaña en muchos momentos de mi vida.
Sobre todo, cuando debo evadir
de preocupaciones que se me presentan
ante circunstancias diarias
que la pantalla de la televisión otorga.
Siempre pendiente de lo que va suceder
en mi amada Patria.
Hace ya unos años, escribí un monólogo:
Concierto Nro.1.
Inspirado desde el interior de mi ser,
basándome en este maravilloso
e inmortal tema de Tchaikovsky.
Un monólogo, el cual amo,
tanto, como el concierto nro. uno.
Monólogo grabado.
Y mi alma se regocija infinitamente
cuando hace dos inviernos pasados,
en las presentaciones que hacíamos semanalmente,
y a veces mensualmente
en un Centro de jubilados, interpreté
mi monólogo existiendo
esa noche, ciento noventa espectadores.
Al finalizar, el público, de pie,
aplaudió durante cuatro minutos.
Me sentí feliz.
Agradeciendo desde la profundidad
de mi alma.
Un recuerdo que perdura.
Un triunfo personal,
que guardo en el corazón,
y en mi alma.
Comandante del escenario
4/12/2019