Sobre las gradas,
Del Altar,
Solo veo una esperanza,
Elevarse,
Hacia una inmovil rueda;
He aqui,
La estatuas sonrien,
A un infervoroso payaso,
Porque su risa no es suficiente,
Para sacudir el polvo de su nariz;
He aqui,
Seis candelabros iluminan
La Devocion,
Que todos desean
Tener,
Y el Silencio pronuncia un susurro amarillo,
Para los ojos de los devotos abrir,
Y hacerlos cuidar su ciencia mas recia;
Mientras tanto,
Justo aqui sigo aun sentado,
Disfrutando la compania,
De una purpurea brisa.