Cansado de hilar ciclos angustiosos
de duda y desconfianza
dolientes trozos de ansiedad y desconcierto
emprendo camino en rumbo nuevo
sin pensar en el retorno.
Busco en mis temores
sombras peregrinas ancladas en la distancia
abismo oscuro que esconde el infinito
en el brillo de una estrella.
Camino y descubro
la dulce estancia del amanecer
que alegra mi alma.
Señor . . .
aprendí que el desamor castiga
y la indiferencia quema.
Aléjame de este mar de insensibilidad.