Hermana Cecilia de la Santa Faz:
si Jesús bendice siempre con la Cruz,
concédeme el aceite de aquella luz,
que te ayudó a sonreír con santa paz.
De la Santa Faz quedaste prendada,
y así prendado quedó el Amado:
tu rostro, con Cristo identificado,
tu sonrisa feliz, de esposa amada.
¿Ves que mi expresión se ha vuelto sombría,
a causa del dolor y contrariedad,
alejando mi corazón del Amor?
¡Te ruego me contagies tu alegría,
para que aceptando la enfermedad,
el Pan de Amor, se una al Vino del dolor!