Zapalandia

La tardecita me llama...

Imagino que será como un cuento, tu encuentro mágico con vos…

Los caminos me llevan a la ternura, verte es la pasión y candor de amor...

La brisa despliega tu perfume, es mi colpa delirio tus ojos color mar…

Tu alma sabe a secreto y descubrir, tus espectros, revolotean mis ojos…

Un abismo se pronuncia en mi timidez, sobre tu carita angelical…

Destino, solo te pido una ilusión, trocito de luna, barquito de papel…

Retoña el amor, en las tardes sin sol, virgen de ojos color mar...

Observo a mí alrededor y mis penas cierran los pétalos de las flores…

Me acaricia la brisa helada de la llovizna, y mis ruegos se tornan poesías…

Para que el sol ilumine, mis plegarias y se lleve las penas…

Mi voz lleva el rugido del viento de la Patagonia…

Y se hace ronca en el mensaje de mi amor hacia ti…

Cada vez la llovizna se aligera y mis rimas terminan dentro de ti…

Si la respuesta, no llega como una palabra, solo desliza una caricia...

Y entenderé tu mensaje, porque tus ojos no tienen la manera de decir que sí…

Pero tal ves tu boca pronuncie otras palabras…

Aunque tu corazón no se anime, pero tu inconsciente si…

Como el fin del universo, entre la discordia de tu mente y tu corazón…