Diego Nicolás García Contreras

deborah v (6)

Deborah mira por la ventana.
Le acaricia la cola
perpleja.

Insomne no sabe, 
que desde una estrella trae noche
y con las nubes dibuja frazadas
al infinito que acaricia con vientos cálidos.

En su sillón una estaca
que busca enterrar a la inmensidad.

Baja las caderas hasta el piso alfombrado, 
se retuerce cual gata y espera la tormenta.

Tiene hambre.

Un ruido suena antes del campanar de media tarde amplificado por la lluvia valdiviana.