María buscó en su cocina, un plato viejo para una comida ausente, se dió cuenta que los delincuentes, se llevaron hasta lo que no se había comido.
Corrió a donde los vecinos y preguntó si aún quedaba gente, que luchara como valiente, pa no acostarse sin comer.
Escuchó decir:\"tienes que creer, aquí nada es permanente, ni el hambre, ni el presidente, que escogió la registraduría\".
Después de eso María, supo que era la esperanza, cuando no es mala la venganza y cuando no es buena la alegría.
Escribió un poema titulado \"todavía\" y se vendió en todos los almacenes de cadena, al tiempo se conviertiría, en la voz de los pequiñitos, de todo aquel que es calladito, por miedo al silencio obligatorio. Hasta que un día vió como en su escritorio, había una nota que decía: \"me cago en su poesía, sino te callas, te callamos, maldita perra\".
Sonrió, y se le dió la gana de decir:\"De que hijueputas me sirve vivir, sino hago algo bueno por mi tierra\".
Creo que por eso fue la tragedia. Hace poco escuché, que cuatro tiros en la cara recibió, las personas dicen, que le querían quitar la sonrisa a punta de bala y de violencia.
Hoy María no es María, es la voz de la conciencia, que grita sin prudencia:\"abajo la tiranía, queremos un buen gobierno\".