Te anclaste en la mar: franca, ¡siempre digna!
Tu revolución... ejemplo de lucha,
solo reconocerá quien te escucha,
las voces históricas... ¡la consigna!...
Eres prodigiosa y muy solidaria;
soberana, libre y gran gladiadora,
venciendo la actitud bloqueadora,
de quien impone voz autoritaria.
El imperio te fastidia constante,
sin lograr satánico propósito
con el ánimo de causarte daño,
derrotando siempre el poder y engaño,
contra el imperial país opósito,
con férrea resistencia pujante.