Estaba completamente absorto mientras observaba el vasto infinito de la nada en la pared de mi cuarto, en los días que antes había dibujado, con los vestigios de mi imaginación, a algunos lobos recorriendo con furia el escarpado suelo de los cúmulos negros que mojan al mundo.
Pensé que tal vez llegue a éste mundo para no conocerte, y el ir en contra de ese camino provocó un desastre, justo cómo él de las paradojas del tiempo donde el aferrarse a un falso sentido de la realidad, desata tragedias como la nuestra, tragedias propias de aquel capricho humano llamado amor, por el cual ahora gritamos en silencio a un cielo en el que no creemos, preguntando por qué pasan las cosas.
Pero sabes, las cosas pasan y se disuelven, como los lobos en las nubes de mi pared.
Justo como nosotros.
Eternas lunas.