Que falta hace el tacto
agudo, que conmueva
el alma dormida y nueva;
nardo frágil que despierta
de un babilónico impacto.
La mano quieta y fuerte
componiendo el verso exacto,
con ternura ,firmeza en el acto;
como resol dorado e intacto,
que cruza la blanca suerte.
..Y Volver a alimentar a la flor
que quedó marchita e inerte
Y que un roce ,sagaz, injerte
calma, paz , que desconcierte
a la desnudez del fresco amor.
Antonia Ceada Acevedo