A la ternura, con su fulgurante goce,
la he visto en la mirada inocente del indigente,
sin decirme de dónde proviene.
¡Quién lo sabe!
A lo mejor podría ser,
que provenga de una Luz divina coexistente,
de su aliento si creemos en su mensaje,
o de su pesebre de Belén...
O de la Virgen María que, en su vientre
llevó al Mesías Emmanuel.
O de la fe en Cristo Jesús nuestro bien...
¿Quién lo puede saber?
A lo mejor proviene,
de sentirse junto al Creador diariamente,
y feliz acompañarle,
cuando de la mano te dice ven...