Oh cómo me aburre
este eterno cansancio
de ser vivo y muerto,
de herir susceptibilidades
de competir por triunfos añejos,
de conquistar viejas fronteras,
de reparar vestigios con que mantenerse
en pie. Oh cómo me aburre
y me harta este cansancio incesante
de brumas y escarchas y rocíos destartalados,
este ver y tocar y despedazar con dientes y manos,
aves, pechos, desprecios, amor.
Cómo me cansa todo esto, este ciclo
de amantes y de brazos agotados. Cuánto
reprimo un beso como
si desplegara un ala victoriosa entre mis labios.
Oh cómo me cansa todo, todo, este hombre
de arena y de pies, de abulias y sangres, de coagulados
vínculos, de sacrificios estancados, cuánto me degrada
y me reúne en un mismo círculo.
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