Por fin encuentro la hora en que logro sentarme
y dedico un momento a mis letras
Al decidir este oficio aseguré que escribir día y noche,
sería mi actividad diaria.
Durante las otras actividades me veo
con tanto vocabulario para hacer versos
que expresen lo que pienso
Y ya sentada, sucede, que no recuerdo ni uno.
Las letras son amantes celosos,
debes atenderles cuan marido,
como enfermo bajo tu cuidado.
¡Oh, preciosos verbos! Aquí estoy,
a su merced para dibujar el lienzo
de mi tiempo,
y llenar de color mi rutina.