Estabas recostada sobre la tierra,
así como el sol se recuesta en el trigo
muriendo de lento atardecer su brillo,
y como le muere lento el viento a la era.
Estabas recostada sobre la tierra
y en tus sombras andaba yo dormido
confundido por las voces de los grillos,
perdido de ti, sin saber quien eras.
Hasta que una tarde limpia de primavera
tus dos negros ojos altivos
encontraron solos mi parcela.
Y surgieron de mis manos tallos vivos,
que desembocaron en flores enteras
agradecidos por el agua de tus labios.
……….
Estabas recostada sobre la tierra
y yo formaba parte de tu escenario
- de guerra -, como un pobre mercenario;
Soldado que baila al compás que le ordenas.
Estabas recostada sobre la tierra
y yo era orilla en tus costados,
donde el paso de tu afluente embravado
me siembra de tu semilla morena.
Hasta que una tarde limpia de primavera
bebí del agua fresca de tus manos
y acabé con la sed de mi espera.
Y todas las flores de mis tallos
reconocieron en ti a la jardinera,
por la que durmieron tantos años…
……….
Estabas recostada al fondo de mis ojos
y eras tú, toda la tierra;
Y yo era el mar roto y desenfrenado
deseoso de regar de sol y de sal
tus fronteras.