Un amor de juventud
dejó marcada mi vida
pues hirió mi corazón
y allí se quedó la herida.
La quería con locura
estaba entregado a ella
un torrente de dulzura
era la mujer más bella.
No había sueño en la noche
que no me llevara a ella
despierto durante el día
volvía a la noche aquella.
Aquellos primeros besos
fueron puro sentimiento
cuando temblaban los labios
al acercarse al encuentro.
El destino es caprichoso
y quiso que se alejara
dejando muy malherído
un amor que comenzaba.
Classman