Antonio Encinas Carranza

Los chismosos

Los chismosos


 

Curiosos y ansiosos.

Comiéndose las ansias.

Otean por las rendijas 

de las impúdicas persianas

que cubren a las deshonestas ventanas.

 

Los chismosos solos se invitan

y no le quepan dudas

que como las agitadas tempestades

se van sin que los boten. 

 

Son los primeros que se enteran.

Exageran todo lo que escuchan 

y lo cuentan sin temor 

agrandando la versión.

 

Y cuando ya tienen la primicia 

y ya están enterados, se van rapidíto 

con el chisme calentito a contar la noticia.

Hay que ser el primerito. 

 

Observan y luego escuchan 

placenteramente y chismorrean

sin morderse la viperina lengua

 y sin quitarse el embozo los adjetivos borbotean.

es su antigua misión, morbosa y ambigua. 

 

Hablan en voz baja lo que no vieron,

solo cuentan lo que escucharon.

Lo que los vecinos estaban comentando

y muchas veces no entendieron.

Luego andan de metiches apostillando. 

 

Son dueños de sus curiosas miradas 

y patrones de los cuchicheos y susurros,

de los rumores y murmullos

y de sus razones ocultas.

 

Que fácilmente se traga la gente. 

que nunca han visto los remolinos

agitando las aguas de los ríos tranquilos.

Es la ley del \"corre, ve y dile\"  

Es el runrún de la calle.

 

Para soltar y propagar  

hay que ser el primero para no quedar mal.

Y como un aluvión en forma compulsiva 

Van de oreja en oreja, 

Muy quedos y en voz baja.

 

Que se meten en la vida ajena 

la vecina de al lado que en forma compulsiva

es la de la voz susurrante, la más incisiva,

 la reina de la insidia.

La que muere de impaciencia

por la comidilla de los días.


Sin ton, ni son se bambolean 

con la lengua suelta, larga y mordaz, 

así como sutilmente lisonjean, 

con la torpe lengua falsean.

 

Sociedad de hipócrita y chismosas

de serpientes ponzoñosas 

rastreras y venenosas.

Cuidado con morderte la lengua,

con su aptitud ambigua,

porque con tu propio veneno 

puedes morir envenenado.

 

 

De: Antonio Encinas Carranza

De: Lima, Perú.

D. R.