Después de todo, morir no es un pecado.
Morir es el último latido
de un corazón que nunca paró.
Es el último respiro,
el último pensamiento que oculta secretos
no revelados.
Es como la puerta del fondo,
que solo se utiliza para escapar sin regreso
a veces sin siquiera decir adiós,
cuando ya no hay alternativas,
cuando hasta Dios cierra la puerta,
cuando todo terminó.
Frank Calle (30/ nov/ 2019)