¿Sabes? Nadie viaja tanto al alrededor
y dentro de mí,
como aire desquiciado con memoria,
revoloteas e inventas uvas
para la luz inmóvil del ayer;
Nadie como tu viaja en la cima de mi larga sed
ni me desnuda con los ojos cerrados
cuando estoy perdido,
nadie hace de mis brazos serpientes
cargadas de lujuria en la oscuridad
cuando estoy a punto de llorar;
¿Sabes? Nadie más tiene tus huellas en mis ojos,
nadie más se ha quedado en mi alegría.
Vienes a mí, con algo más que tu cuerpo,
con olas voluptuosas
que se encrespan en el frío,
y todos los caminos se mueren sin nacer,
en un instante colmado de sed;
Vienes con tu alma,
esta noche en que la luna lacerada se oculta
detrás de lóbregas nubes
cargadas de aguacero de dolor;
Vienes con algo más que la vida,
con el efímero placer de la esperanza,
sin la cual, la muerte
no tendría sus dientes de lobo escarnecido