Al salir el sol, intento despedirme, intento volar, intento aprender, intento tocarte. Al caer el sol, intento lo mismo.
Intento ser una gaviota que no comprende el hecho de querer seguir volando. Intento ser la brisa que cae sobre las olas.
Miro al cielo, y es necesario pensarte.
Los rayos del sol tocan mi cara, siento el calor, tan real como si fuera el tuyo, como si fuera tu caricia, como si fuera tu verdad, es maravillo volar, es grandioso recordarte, es magnifico sentirte.
Derramo una lagrima, la única por ti, mi corazón te la ofrece de una forma placentera, a pesar del dolor.
La fuerza de mi cuerpo se rehúsa, se opone para que salga, no quiere que baile por mi mejilla, pero recuerda tu sentir.
Escucho la canción que me recuerda a ti, escucho tu voz, escucho también tu silencio, que por ahora traen a mi memoria el recuerdo tus labios.
Ya no sale el sol, se asoma la oscuridad, y con ella la melancolía de tu fortuna, la sensación de tu recuerdo, la bondad de tu pensar
La noche me cobija, como tus muslos a mi ser.
Toco tu alma, y siento tu querer.