BELLEZA EN EL CORAZÓN
Las manos sobre la piel,
para sentir la vivencia.
En la inmensidad los ojos,
para ver la pequeñez,
la estrechez de la existencia.
Una conciencia selecta,
para poder comprender.
Una vida que abrazar
y poder sentir la nuestra.
Vive el insecto acosado,
en su minúsculo mundo
y en su cuerpo diminuto,
siente al gigante tras el.
Se desliza en el subsuelo
y horadando hace su hueco,
para protegerse de el.
Viviendo en su pequeñez,
hace grande al Universo.
El pensamiento en la Tierra,
Y en los demonios internos.
En la verdad más profunda
y en la duda que transciende,
para tornar en certeza.
Vivir el conocimiento
y en las alas del saber,
conocer y conocernos.
El verso sobre el papel,
para salir al encuentro
del verbo y del sentimiento.
Palabras que lleva el viento,
para abrazándose a el,
llegar hasta el mismo centro.
Al centro del corazón,
de la sangre y del saber.
El corazón en las manos,
para entregar su calor
y llevar cada latido,
a la vida y al amor.
Bombear las alegrías
y sortear las tristezas,
con sentido y con pasión,
para comprender la senda.
Libertad en el pensamiento,
para que no emane preso
y engrilletado se exprese,
sin lucidez ni respeto.
Libre en la mente circule,
sin diatribas y sin frenos
y transcienda como el aire,
entre fisuras y huecos.
En los mapas de la piel,
se dibujan las esencias.
En los ojos la experiencia
y en el rictus el disfraz.
En las caricias la miel
y en el mirar la belleza,
para poder descubrir,
el amor en las tinieblas.
A.L.
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11/12/2019