Si supiera hacer música que demostrara todo lo que siente mi corazón, si supiera plasmar en un lienzo lo que mi alma vive, era feliz.
Si pudiera describir el temblor que mis sentidos por veces despiertan en mí, quizá haría con que muchos me entendieran.
Sensibilidad extrema, que me transporta más allá de las nubes, que me da alas para volar hasta el infinito.
Pero, soy una triste por veces me resguardo de los demás e intento no demostrar lo que llevo dentro.
Desperdicio en medio de tanta dureza que es el ser humano, cuantas veces sin darme cuenta suavemente mi mano hace caricias en la manta que me cubre.
¿Seré ávida de amor? Quizá. Si lo es ya viene desde que nascí. Solo más tarde lo sentí. En mi infancia en mis mascotas fui dando mi cariño.
Después nunca tuve a quien dárselo. Hoy por mi edad tengo un poco de vergüenza de demostrarlo, aun que por fin tenga alguien que lo quiera e me retribuya.
Sé que más vale tarde que nunca de corazón agradezco este regalo.
Cuando se es niño no pensamos distraídos jugando con juguetes pasamos la vida feliz.
Soy un sueño que solo soñando se vuelve realidad. Soy tristeza invisible e felicidad, que transmito a quien está cerca de mí.
Lagrimas secas, carcajadas sin sonido, esperanzas sin tiempo, pensando si mañana vuelvo a ver las gaviotas pasando rodando mis ventanas.
Muñeca en el destino, que vino cuando nascí, en medio de un pinar al romper la alborada bajo el frio de abril, con trajes nuevos e el cuerpo envejecido con el sentir interior nuevo.
Soy un soplo, un suspiro, un dolor infinito por no haber sido amada, yo que tanto amé en silencio e agoté mi llanto en silencio sufriendo por no saber hacer música ni pintar un lienzo con mi alma plasmada e mis sentimientos para que me conocieran.
Aun quiero vivir absorber el frio de las madrugadas en invierno, oír los pájaros al romper del día en la primavera. Sentarme junto al mar e volar por encima de las olas para allá del cielo e sentir que soy lo que soy.
Porto, 11 de Diciembre de 2019Carminha Nieves secreet 50