tus labios poseen la seda
de los pétalos de una rosa;
la dulzura de la miel
que destila de un panal.
poseen la calidez
de un fuego que sutilmente arde;
la vehemencia de un alma
que ama en su locura.
tus labios poseen esa hambre
de un alma que ama,
y que en su amor,
solo sabe de dulzuras.
tus labios poseen el deleite
del mejor de los manjares,
ese que al besarlos
lo hacen como un fruto codiciable.