Deja que me siente junto a ti
cobíjame con tu sombra que me hace falta tu paz
deja que te cuente mis penas
como cuando niño, llorando tus ramas me acariciaban la faz.
Y después de muchas primaveras
otra vez vengo buscando el abrigo
de aquél que escucha, que comprende y no juzga,
de ti mi querido amigo.
Tú que miras mis llagas
las que la gente no ve
tú que haces tuya mi tristeza
y sientes el dolor que me dejó cuando se fue.
Mi pesar se hace más grande
cuando de tu llanto, “el porqué” me dejas atisbar
tú también tienes cicatrices
que el tiempo no ha podido borrar.
Abrázame muy fuerte
no me dejes ya pensar
que muchas noches he velado
desde que la ví marchar.
Muchas tormentas te han dañado
mutilando tu ser
dime entonces como a pesar de tus heridas
has vuelto a florecer.
Bebamos la última copa
del amargo vino que dejó el placer
igual que tú, me vestiré de fiesta
y sonreiré a la vida en cada amanecer.
De tus frutos otra vez disfrutaré
tu sombra muchas veces más me protegerá
porque si hoy mil tormentas no te quitaron la vida
a mi también mañana me fortalecerá.
Gastón Medina Vázquez