Apresuré mi paso para verte,
para tocarte... hacerte solo mía,
sentir que tu piel suave estremecía,
al momento sensual de poseerte.
Os hago de vuestro conocimiento,
mi corazón a galope latía,
en el instante que tu cuerpo ardía,
quemando de furor y sentimiento.
Bastaba, digo yo, ¡también ardiendo!
mis caricias saciaran tus deseos,
mi torrente de fuego te quemara,
mis manos te tocaran recorriendo,
tus senos firmes y sin titubeos,
logrando que mi ser te devorara.