SANTA LUCÍA.
Nacida en Siracusa,
hija de un terrateniente,
de familia rica y noble,
era una joven creyente.
Cuando era una niña
su padre Lucio murió,
quedando su madre viuda,
la cual en la fe educó.
Su madre Eutiquia, enferma,
comprometió a Lucía
con un apuesto pagano
al cual ella no quería.
Madre e hija a Catania
peregrinaron para orar
a Santa Agueda bendita
que curó su enfermedad.
Su vida consagró a Dios,
hizo voto de castidad
y entregó cuanto tenía
a los pobres de su ciudad.
No queriéndose casar
su pretendiente la acusó,
sabiendo que era cristiana
delante del gobernador.
Pascasio, el gobernador,
varios suplicios ordenó,
le arrancaron sus bellos ojos,
decapitada murió.
Patrona de los ciegos
y de los que no ven a Dios,
Santa Lucía querida,
te pedimos su conversión.
El trece de diciembre
es su gran celebración,
con vítores y timbales,
la festejamos con amor.
AUTORA: ALMAR.
Almudena del Río Martín.
DERECHOS RESERVADOS.
13/12/2019.