El equilibrista
Soy un hombre capaz de cruzar una fina linea de un punto a otro, una linea recta con vacíos a ambos lados de mi pensamiento, así es la vida como en el amor, saber andar y amar a los bordes del miedo.
Con mi mente fuerte, combatiré las sensaciones para seguir andando intentando no caer al suelo por si alguna vez puedo verte, si alguna vez la linea queda sujeta a mis pies en todo momento, si tu amor guía mi destino.
Con el corazón en la garganta y el viento soplando a ambos lados, extremo las medidas de seguridad para llegar donde tu estas al final de este fino alambre que nos une y poder así encontrarte.
No existen redes bajo mis pies, pero si sueño que sean tus brazos esas redes, por si alguna vez caigo, al menos me sentiría en consuelo de morir abrazado a ti.
Siento amor, amándote como acróbata de tus besos, me fascina verte volar en el trapecio de tus sentimientos, por eso me hice equilibrista para llegar a tu corazón en todo momento.
A veces todo depende de un hilo, como estar en la cuerda floja, el único deseo de que tu, mujer, la tenses lo suficiente para que mis pies anden seguros sin vértigo en el camino hacia tu amor.
Allá en lo alto puedo admirar la vista que mis ojos pueden ver recorriendo tus valles, descubriendo todas tus colinas y senderos bajo mi ser, se que tu estás mas allá de mi gravedad.
Existe una distancia enorme que nos separa al otro extremo del cable y se que lo fácil sería solamente mirarte a los ojos para perder el equilibro y comenzar a volar junto a ti.
El amor nunca es estable, pero mantenerlo en equilibro siempre depende de ti.
Jordi Etresi
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