Lo comprendí sólo
hasta cierto punto,
concretamente
hasta el punto g.
Ella, resiste el asedio frente
a una muralla de vana mampostería.
Él, incisivo, acerca sus alfiles contra
un baluarte vencido de bandera blanca.
Ella, suspensa de flechas y adarves, abre
los portones firmando capítulo.
Él desciende sin resuello, de anhelo jadeante,
su babeante cerco es hilo de Ariadna.
Ella, rebosa el caliente de sus aguas contra
un enemigo fuerte en lanzas.
Él llega a la arveja, sanctasantórum oculto
en una maleza de queratina ensortijada.
Él Lame el botón de off y concluye la partida.
Game over...