Norma Cabello

Mirando tus ojos pude ver

Mirando tus ojos pude ver

 

Es el atardecer, y en medio de la soberana tranquilidad, se asoma una linda carita envuelta en papel celofan de color rosa.  Encendiendo la pequeña lámpara de mi acogeder sillón.  Deslumbrada por un par de destellos en el umbral de mi puerta.

 

 ¡Me levanto! y como un pequeño arlequín tambalea mi cuerpo,  y acercándome  despacito,  y sigilosamente mis sentidos  buscan esa hermosa voz y esa figurita chiquita, asomar por la puerta.

 

¡Se que eres tú! ¡ Ven pedacito de cielo, y acurrúcate en mis brazos quiero ver esa mirada llena de alegría. Y embriagarme de tu energía, esa;  que bajo las hojas de mi libro está perdida. Y que solo tú, con tus lindos ojos negros,  haces renacer el recuerdo  de esa flor olvidada en un viejo libro de un sofá.

 

 Ven y acércate,  vuelve a mi esa fuente perdida;  Esa , que ya ni se en que barco se perdió.  Al verte,  mi luz interior brota y mi niñez flota en la dulce melodía de mis recuerdos.  Tóma mis manos  dulce niña y trasládame a mis días del ayer.

 

Quiero revivir esos días  y volver a ver el rostro de mi  madre, acostarme en su hombro y sentir el palpitar de su corazón.  Sentir que sus manos acarician mi pelo, y sus brazos en envuelvan  mi frágil y pequeño cuerpo.

 

Ven mi dulce niña,  se que tu también has desbordado mares amargos y solitarios.  No desperdiciemos el tiempo robado; caminemos juntas y juguemos por la vida,  aún cuándo la eternidad nos invite a volar bajo sus alas.