TIEMPO DE BRINDIS, TIEMPO DE ADIÓSES.
Según pasan los años, el Tiempo toma otros valores y cotiza diferente, a medida que uno aprecia más lo que queda por delante.
Da la sensación que uno tiene más paciencia para lo que le cuesta y es mucho más intolerante con la estupidez, con la falsedad y con quienes hacen perder el tiempo.
Los proyectos que pululaban en mi mente -como grandes planes y codiciosas metas- los empiezo a \"filtrar\" y a dejar de pensar en mis \"obras faraónicas\". Lo que hice, ya lo hice. Lo que dejé de hacer, ya lo quiero descartar (y lo descarto, por supuesto). Y lo que quedaron como sueños... pues... son los planes futuros para las otras vidas, cosa de no tener que empezar con las manos vacías y la mente en blanco.
Ahora, mi mayor meta es degustar el sabroso minuto a minuto que me queda por delante (mientras me lo permitan los miserables de turno y a los que maldeciré para que se conserven en una guampa de orín para toda la eternidad, si no me dejan disfrutar de lo que me queda del resto de mi vida).
Ya estoy dejando de perseguir sueños inalcanzables y de caer estafado con espejitos de colores. ¡No me jodan, que ya no estoy para huevadas, joer! No quiero amigos a los que no conozco ni con los que jamás cambié palabra... necesito liberar espacio en mi mente, en mis archivos, en las redes y en las hipocresías ajenas. También les doy a todos la libertad de alejarse de mí y liberarse de mis defectos y achaques, sin hacer preguntas ni pedir explicaciones ni expresar sentidos adióses.
Solo resta disfrutar de las sinceridades, de los buenos momentos, de los apretados abrazos, de los entrañables amigos y de las \"almas gemelas\".
Es tiempo de brindis, es tiempo de adióses; así que elevo mi copa, brindando por la felicidad de los que se la merecen, de los que luchan por ella y por los que la valoran.
Será Justicia.
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TIEMPO DE BRINDIS, TIEMPO DE ADIÓSES.
El tiempo tiene el inapreciable valor
de su minuto o de su centavo, el segundo.
Es el valor total de la Vida, verdadero sabor,
según lo aprecie cada habitante de este mundo.
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Cada instante que se acerca al final de esta ruta,
aumenta su valor, tal como aumenta su belleza,
como si estuviera a punto y madura esta fruta
con agradable sabor y exquisita delicadeza.
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Quien tiene Sabiduría, entiende el axioma,
ya que el Tiempo del que cada uno dispone,
cuando se acerca el final y el final se asoma,
su valor aumenta, aunque uno no se lo propone.
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Yo digo: Quienes quisieran entender, que entiendan;
Tan solo pido al Cielo tomar consciencia de esos valores,
aprovechar mis horas y que quienes me amen, comprendan,
que este tiempo es mío y deseo compartirlo junto a mis amores.
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Con cada minuto que degusto y me deleito
-aunque pareciera que yo lo estuviera perdiendo-,
hago lo que quiero y me satisface, sin aguantar pleitos,
sin dar explicaciones y sin que nadie, por eso, esté sufriendo.
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Cuando es tiempo de brindis o es tiempo de adióses,
lo que importa es que cada uno sea feliz y a su manera;
¿importa cómo uno usa el tiempo o cómo invoca a sus dioses
si el dueño de su propio tiempo brinda, ama, o vive como prefiera?
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¡Dejen en paz al Tiempo! ¡Dejen en paz a sus dueños!
En este ajetreado mundo, donde el Humano no es humano;
donde se cree el más grande, más, no deja de ser, apenas, pequeño,
perdido en el Cosmos, si usa bien su tiempo, ¡no es tiempo perdido en vano!
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Eduardo Faucheux
16-12-2019