Penas de Amor
Las penas de amor, son como un volcán que esparce sus fumarolas
De lava hirviente, que en lo alto sus llamaradas enarbolas
Como jardín triste que el aire arrastra, los pétalos de sus amapolas
Como el eco de los disparos, de tiros que sangran las pistolas
Las penas de amor, son como el único billete raído sin valor
Como fórmula médica, que rompe el llanto de la enfermedad y su dolor
Nubarrones grises, que cubren el firmamento a su alrededor
Como mural que se ha manchado, al derramar los colores del pintor
Las penas de amor, son como una corrida de toros, donde el muerto es el matador
Donde el que sangra es el alma, que esconde el dolor de su interior
Como una película de fantasmas, que acelera el fin aterrador
Nube oscura, que impide lo majestuoso del sol y su resplandor
Las penas de amor, son como la creciente del riachuelo embravecido
Que desborda su caudal, del lecho de vida, sin espumas permanecido
Como aquel, que roba un beso a su querer y de las autoridades es aprendido
Negando el amor furtivo, de pasiones que perdieron al desconocido
Las penas de amor, son como el mar que hunde el barco colorido
Olas gigantes, que acrecientan ráfagas de vendavales, del horizonte perdido
Llantos sin lágrimas, que corren secas, al haber perdido su amor querido
Tristezas, que el espíritu acelera el corazón, sin sueños dormidos
Las penas de amor, son como rosas que crecen silvestres en matorrales
Tristes y lóbregas sin colores, ni aromas de sus perfúmenos habituales
Como reo, que huye raudo, evadiendo la justicia de los tribunales
Penas del andariego, que lo azotan los recuerdos de sus amores personales
Las penas de amor, enloquecen y perduran en el horizonte aventurero
Dejan un vacío de tristeza, que convierte la pasión en su prisionero
La soberbia y la ira, carcomen el alma y son malos consejeros
Cambiar de puerto y que el yate lo conduzca otro barquero
Y que el bar lo atienda y lo sirva otro tabernero.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga – Dic 13-2019