A Lesly
En la distancia, libre y andrajosa,
una nube escapa de mi cuerpo,
un fragmento de piel que se despoja
de la única jaula que revive
a los pájaros, hijos de mis huesos.
La nube se aleja de nuestro cuerpo:
este espejo, temeroso del tiempo,
con alas de lágrimas sepultadas
en sus ojos atiborrados de tus ojos,
dispuestos a quedarse en silencio.
Sin la nube, aun flotan sin destino
las heridas, aun hay puertos
en miles de ojos, aun hay tierra
que sepulta a los amores, amores
que lloran a la nube perdida.